Detrás de la montaña

En contraposición con todo mandato interno
que lleva a la reflexión de la responsabilidad de perdurar
se juega en un ínfimo instante
lo que costó sacrificios duros
pero
en el cincuenta y cincuenta
si se llevan las de ganar
explota como big-bang la razón desenfrenada
y si no
brilla el sol
igual
en cualquier playa
la arena acaricia el océano,
en un futuro hipotético contar
tu anécdota
de cuando eras esto o lo otro
no haría mas que lastimar
tus sordos oídos,

claro que
nadie conoce mejor que uno mismo
su propia verdad
y la sugerente pregunta es
¿a quién mas le importa escucharla?
entonces
para adelante, siempre
como buey terco
ante la adversidad.